Vinificación

El año vitícola 2017 estuvo marcado por un invierno seco, con niveles de precipitaciones muy por debajo de la media de los últimos 30 años. A esto siguió una primavera cálida y seca, con olas de calor que continuaron a principios del verano. Con el aumento de las temperaturas medias y la ausencia de precipitaciones, la vid mostró un adelanto en la fenología de unos 15 días, de brote a brote. Esta situación se mantuvo durante todo el verano, lo que provocó un inicio temprano de la cosecha, especialmente intenso y de muy corta duración. Tras una cuidadosa selección tanto en el viñedo como en la bodega, la fermentación tuvo lugar en depósitos de acero inoxidable, con temperatura controlada. Envejecido durante 12 meses en barricas de roble allier de segundo año.