Todo empezó hace más de 40 años, en Melgaço, cuando la familia comenzó a plantar la variedad Alvarinho en tierras que, hasta entonces, sólo habían servido sobre todo para la producción de maíz y vino.

Desde entonces, al darse cuenta de la importancia económica de la variedad Alvarinho y de la calidad de las tierras de la familia, año tras año se han plantado una o dos parcelas más de viña. Y así, a lo largo de las décadas, la plantación familiar ha crecido en más de 30 parcelas, hasta las 5Ha actuales. Ha evolucionado en los sistemas de gestión del viñedo y en el desarrollo de las técnicas de producción.

En 2012, cuando aún trabajaba en Gestión Empresarial (su área de formación), José Manuel Fernandes, el hijo mayor de la familia, reconoció la calidad de las uvas producidas e inmediatamente identificó una oportunidad de negocio. Así que, en este contexto, comenzó a elaborar vino en 2015, en sus propias instalaciones bajo la marca "Encosta da Capela".

La denominación "Encosta da Capela" proviene del homenaje que se rinde a la Capilla adyacente a la bodega y que perteneció a la familia en generaciones anteriores, así como a los terrenos circundantes que, al estar caracterizados por viñedos en ladera, se denominarían naturalmente "campos de capilla".

Este homenaje se extiende también al Maestro que construyó la Capilla, que en la época también vivía en este lugar de Regueiro, y a quien se debe la contribución en la construcción del Santuario de Nossa Senhora da Peneda (insertado en el Parque Nacional de Peneda-Gerês), así como otras obras repartidas por el municipio de Melgaço.